Amor, cuando te digan que te olvidé, y aun cuando sea yo quien lo dice, cuando yo te lo diga, no me creas, quién y cómo podrían cortarte de mi pecho?

Instrucciones

>> 10 de agosto de 2010

Para recuperar una mujer
hay que estar dispuesto a todo.
A todo
menos
ella.
Porque ella es todo lo que uno no tiene.
Es decir:
uno tiene el mundo pero
la realidad es:
ella de un lado
y uno y todo lo demás
del otro.
Y hay que estar dispuesto a disponer de todo
para que ella disponga,
se sirva, se abra,
se ponga y se deje.
Para recuperar una mujer
hay que estar dispuesto a hacer
un embudo
y meter toda la vida en él
para que vaya y caiga
sobre ella;
hay que encender
un ventilador
en el sentido de todas las palabras
y hacerlo soplar
sobre ella;
hay que meterse, finalmente,
en una picadora de carne
y hacer con ella empanaditas
que ella pueda
comer sin esfuerzo;
hay que disolverse y llover
sobre ella
y todo es poco
y no duele
que duela.

Para recuperar una mujer
hay que entrarle por todas partes:
ser la basurita en su ojo,
el ruido que no la deje dormir,
un resto de amor pegado
a su contestador
como
un residuo entre dientes
para su eterno forcejeo;
una piedrita en el zapato,
una gota de sangre en el borde
de su cama
y de su olvido.
Para recuperar una mujer
todo es poco
porque primero
hay que haberla perdido.

10 comentarios:

Yaz 10 de agosto de 2010, 14:02  

Que fuerte lo que dices, con unas mujeres funciona, con otras no; aún así me gusto mucho, me deja pensando si quiero ser esa piedra en el zapato, esa basurita en el ojo, esa gota de sangre al borde de su cama.

Hacia muchísimo que no entraba a tu blog, busque mucho de lo que tienes por la red y pensar que lo tenia frente a la nariz de mi mouse.

Besoooos

Gabriela Aguirre 20 de agosto de 2010, 16:26  

Yaz: Sí, en realidad me dejó un poco pensando, se parece a esa canción Ne me quitte pas de Jacques Brel ¿la conocés? Y creo que no, que todo tiene un límite, que no quiero ser la piedrita en el zapato.
Ajo y agua, se llama (no digo que no se intente, pero tampoco taaaaaaaaaaaanto)

migue 24 de septiembre de 2010, 14:49  

me gusta este blog mezcladito, sera sitio de consulta
=) beso!

Maria Eugenia 3 de octubre de 2010, 15:53  

Vale la pena? Me parece que las cosas deben darse en forma natural, sin presiones, sin excesos. Cona la misma libertad, elegir y que nos elijan.
digo....

Gabriela Aguirre 3 de octubre de 2010, 17:11  

saltar del tren: Como valer la pena, probablemente la valga (digo, si te vas a poner a intentarlo todo es porque para una lo vale), pero no termina de cerrarme eso de ser la piedrita en el zapato del otro.
Me imagino una piedrita en el mío y lo más seguro es que tire la piedrita y el zapato a la mierda, no?
Besos!

Maria Eugenia 3 de octubre de 2010, 18:46  

mmm lamentablemente no lo comparto...hay muchas razones por las cuales uno hace tal o cual cosa y no siempre tiene que ver con que valga la pena. Puede ser soledad, inseguridad, desafío,costumbre...y eso no significa que valga la pena...son puntos de vista. En este blog se puede disentir?

Gabriela Aguirre 3 de octubre de 2010, 22:29  

saltar del tren: Sí, pero aunque sea soledad, inseguridad o la mar en coche, en ese momento una cree que vale la pena, y vio cómo es esto, si una se lo cree es real.
De todas maneras no termina de cerrarme lo de la piedrita en el zapato.
En ese blog se puede disentir, claro que sí.
Besos.

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