Amor, cuando te digan que te olvidé, y aun cuando sea yo quien lo dice, cuando yo te lo diga, no me creas, quién y cómo podrían cortarte de mi pecho?

Aquí lejos

>> 27 de febrero de 2009

He sido en tantas tierras extranjero

digamos que recorrí los bulevares
como si fueran el desierto de atacama
o me abracé más náufrago que nunca
a mi tablón de cielitos y gardeles

pese a todo no dejé de cavilar
en mi español de alivio
aunque me rodearan lisboetas o bávaros
ucranianos o tesalonicenses

y así fui construyendo la pasarela
de mi regreso terminal

he sido en tantas tierras extranjero
y ahora que por fin estoy aquí
hay nubes entre el sol y los presagios

no es que el futuro se arrodille
en el umbral del abandono
ni que la atávica miseria fije
su mirada oprimente y exangüe
en los ventanales del poder

no es que los jóvenes renuncien
a exorcizar de veras a la muerte
con sus vaivenes en tierra firme
por lo pronto nadie ha conseguido
expulsarlos de su burbuja acorazada
¿y entonces qué?

¿por qué me siento un poco extraño
y/o extranjero (en francés son sinónimos)
en este espacio que es mio y nuestro?

¿por qué las mezquindades
las jactancias de zócalo
parecen dichas en otra lengua
que no es gaélico ni flamenco
ni búlgaro ni euskera
pero tampoco es totalmente mía?

¿por qué la solidaridad es apenitas
la película sordomuda que no encuentro
en los catálogos de los video

después de todo
¿qué paso con la confianza?

¿les echaremos por fin toda la culpa
a los milicos
(Bastante tienen con la que ya tienen)
¿o tal vez los milicos descubrieron
dónde estaba nuestro mezquino taloncito
de insolidario
aquiles

sabíamos desde siempre
que este país no era un rosedal
pero ¿será una reverenda mierda
como salmodian hasta el hartazgo
los transgresores de engañapichanga
¿no será que la mierda está en sus ojos
ojeras y ojerizas?

naturalmente hay dos países
y cada uno tiene sus provincias

sabemos que aquí anidan
la memoria ilegal la indestructible
el saldo flaco de lo solidario
cruces peladas y sin flores
migajas de una que otra pesadilla
labios de cautivante primavera
que por cierto no estarán esperándonos
en las calaveras del invierno

húmedas tristezas con final feliz
ganas de creer en medio del rebato
pájaros que vuelan infalibles
sobre los borradores de la dicha
muestrario de cadáveres amados
fe que le nace a uno de las tripas
crepúsculos más acá del corazón
y sobre todo borrachera de utopías
esas que según dicen ya murieron

si me tomas el pulso
si te lo tomo yo
verás/veré que hay menos osadías
por minuto y por sueño
sé que aquí habitan los enteros
y su entereza no es de las que encogen
a la segunda lluvia
o a la primera sangre
pero se trata de una entereza animal
de bicho duro que pasó por el fuego
por el miedo por el rencor por el castigo
por la frontera del desencanto
y quedó chamuscado memorioso
convaleciente desvalido

vaya a saber por qué
la sintaxis de los muros ha cambiado
cada odio solitario es un pabilo
de qué sirve un pabilo en la espesura de la bruma
una tapia individual no es la paz ni la guerra
tan sólo es una tapia individual

¿será que el desdén vino para quedarse?
contritos como penitentes o monjes rezagados
los sentimientos entran en el desfiladero
ignoran la contraseña de los muchos
repiten el santo y seña de los solos
pero cada solo sólo sabe uno
igual que en las soledades de babel
como bien dijo Juan / en el exilio
tu país es este cuarto lleno de tu país
pero ahora Juan qué nos ha ocurrido
mi país ¿un país vacío de mi país?

vino el buitre a traernos el miedo
el murciélago a llevarnos la noche
vino el toro a dejar sus alarmas
el ciervo a contarnos que huye
¿y entonces qué?

en tantas tierras he sido extranjero
me consta que no debo serlo aquí

alguien podría traducir mis desahucios
mis consternaciones mis destierros en cruz
que no son lastimeros sino baldíos

alguien podría misteriar mi evidencia
que es como decir ponerla al día
y de paso atardecer mis amaneceres
para que el eco sepa
por fin de qué está hablando

no estaría mal que alguien trasmitiera
a los tímpanos de mi infancia
los engaños de hogaño
las campanadas del delirio corriente
el monólogo sereno de los grillos
las convulsiones de lo frívolo
intuyo que dentro del país que desconozco
está el otro que siempre conocí

más de una vez he creído advertirlo
en ciertos guiños infinitesimales
en la solera de una vanagloria
en el reproche de un cansancio
en el garabato de un niño que no sabe
quién es quién ni qué es qué pero no importa

hay un país que guardó sus letargos
sus aleluyas y sus medias tintas
lo guardó todo bajo siete cautelas
y se resiste a revelarlo
sin embargo puedo allí guarecerme
y no es un frágil cobertizo

hay un país que respira
en silencio o en vano
pero al menos respira
atrincherado en su altivez de ser
o en sus recelos de no ser
replegado en su memoria indefensa
sabiendo que de poco sirve recordar
y sin embargo sigue recordando
consciente o inconsciente
de que ahí están las claves

aunque cercado por el olvido y los agüeros
al menos tiene un espacio en recompensa

sus insistentes faros iluminan
a duras penas el remanso de los años
y hacen inventario de quimeras y pánicos
de bienaventuranzas y agonías

se trata de un país
que supo y sabe amar sin atenuantes
y también odiar como Dios manda
abrevadero embalse mito
cripta de penurias almacenadas
en las cuatro estaciones
y a los cuatro vientos

con soledad no ofendo ni temo
y no obstante temes y te temen
ofendes y te ofenden
ocurre que la soledad no es un seguro
ni menos un sagrado

soledad no es libertad
(ya es hora de aceptarlo)
sino pálida añoranza del otro
o de la otra
del borde de la infancia
de dos o tres misiones incumplidas
con la palabra enlazo signos
o más bien trato de enlazarlos
signos durables de mi país secreto
y mi país secreto se levanta
y cuando al fin me roza con sus sílabas
entonces yo lo asumo con mi voz cascada

sabe el país secreto que lo estoy aludiendo
y por eso me nombra
perpetuo y melancólico
sabe que me hacen falta sus señales
vacantes y bacantes de su fronda
las ellas y querellas de su vino
sus méritos de estambre
sus vellones

sabe el país secreto
vale decir mi patria sigilosa
que su belleza su consolación sus apetitos
aprendieron en la derrota el derrotero

y sabe que sus sábanas
blanquísimas de llanto
o abrasadas de semen
acumulan y acunan inocencias
y dirimen sus bregas con el mundo y la vida

no todos los relojes
concuerdan con mi hora
siempre hay corazones que adelantan
suspicacias que atrasan

pero voy descubriendo
otros destierros de otros
que empiezan o concluyen
o piensan que concluyen
destierros que se fueron allá cerca
y vuelven aquí lejos
aquí lejos está
nunca se ha ido el país secreto
el hervidero de latidos
los tugurios del grito
las manos desiguales pero asidas
la memoria del pan
los arrecifes del amor
el país secreto y prójimo

algún día aquí lejos
se llamará aquí cerca

y entonces el país
este país secreto
será secreto a voces

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LXXI

>> 23 de febrero de 2009

tal vez por miedo no prometen nada
ni un te llamo ni un hasta mañana
ni un hasta nunca

nunca le pide que se quede en su casa
ni ella pregunta por qué

no hablan jamás del pasado
o del amor
simplemente siguen
sin ninguna palabra
que defina lo que viven

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Como pesa el amor

>> 19 de febrero de 2009

Noche cerrada
ciega en el tiempo
verde como la luna
apenas clara entre las luciérnagas.

Sigo la huella de mis pasos,
el doloroso retorno a la sonrisa,
me invento en la cumbre adivinada
entre árboles retorcidos.

Sé que algún día
se alzarán de nuevo
las yemas recién nacidas
de mi rojo corazón,
entonces, quizás,
oirás mi voz enceguecedora
como el canto de las sirenas;
te darás cuenta
de la soledad;
juntarás mi arcilla,
el lodo que te ofrecí,
entonces tal vez sabrás
cómo pesa el amor
endurecido.

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Ahuyentemos el tiempo, amor,

Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés
me hace sentirme a veces
como una leona herida
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca.

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En la doliente soledad del domingo

Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
de esta cama donde te deseo.

Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,
este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.

Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,
mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.

Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.

Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.

Llueve copiosamente
sobre mi cara
y sólo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.

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He aquí que tú estás sola y que estoy solo

He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.
A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

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Amor mío, mi amor, amor hallado...

Amor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.

Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.

Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.

Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,
voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.

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Fragmento

>> 3 de febrero de 2009

Amar es comprar desprecios con lamentos, miradas desdeñosas con suspiro de dolor, es cambiar por un breve instante de placer veinte noches de ansiedades y desvelos. Si se triunfa cara cuesta la victoria. Si se nos engaña solo conservamos desastres. ¿Que queda pues del amor? Una tonteria a fuerza de ingenio o un ingenio vencido por la tonteria o la locura.

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Sencillos Deseos

>> 1 de febrero de 2009

Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo
y quisiera besos en la espalda
acurrucos
que me dijeras las mas grandes verdades
o las mas grandes mentiras
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer mas linda del mundo
que me querés mucho
cosas así
tan sencillas
tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero como una gran ola de ternura
deshaciéndome
un ruido de caracol
un cardumen de peces en la boca
algo de eso
frágil y desnudo
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la mañana
o simplemente una semilla, un árbol
un poco de hierba
una caricia que me haga olvidar
el paso del tiempo
la guerra
los peligros de la muerte.

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