Amor, cuando te digan que te olvidé, y aun cuando sea yo quien lo dice, cuando yo te lo diga, no me creas, quién y cómo podrían cortarte de mi pecho?

Estoy sentado...

>> 12 de noviembre de 2010

Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de ti.

Me he acostumbrado a beber la noche lentamente, porque sé que la habitas, no importa dónde, poblándola de sueños.

El viento de la noche abate estrellas temblorosas en mis manos, que aún no se conforman, viudas inconsolables de tu pelo.

En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste y a veces daría la libertad que exigen para volver a ti, con el helado filo del cuchillo.

Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en mí, que si me muero a ti te moriría.







De Violín y otras cuestiones -Bs.As. 1956-

2 comentarios:

Una tipa común 12 de noviembre de 2010, 16:05  

Te gelmanizaste, entonces?! Qué bueno!!

"Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de ti...."
uno de los mejores versos escritos por siempre jamás!
Gracias por existir, Juan!
Y gracias a vos, Gabriela, por traer este poema hasta aquí...
besos

Pao 12 de noviembre de 2010, 17:36  

Che, un capo este Gelman!

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